lunes, 1 de agosto de 2016

Tócame

Mi mirada te susurraba: "tócame".
El ritmo melodioso de tus acompasadas manos,
deslizándose lentamente por la curva de mis deseos.

Mis labios te insinuaban: "tócame",
y bajaste con compás lento
midiendo cada milímetro
la gran longitud de mis sueños.

Mis yemas te imploraban: "tócame",
y suavemente ascendiste
hasta llegar a la columna de mis recuerdos,
deteniéndose un poco más en el vértice inicial de mi existencia.
Escalaste,
firme,
hasta llegar a la cima de mis inseguridades,
y no, no te detuviste,
hasta conocer ese recoveco
donde se alojan más palabras silenciadas que pronunciadas.

Entonces, tu mano extendiste
y alcanzaste el epicentro de mi ser,
mis anhelos se durmieron,
mis penas fueron a dar un largo paseo,
mi alegría vistió de gala,
mi amor se desnudó ante ti.

Mi cuerpo entero te llamaba.
te suplicaba,
te aclamaba:
"Tócame,
tócame siempre,
tócame siempre el alma."

2 comentarios:

  1. Muy bueno y muy vibrante, además de sugerente. Quizá hay un adjetivo de más y un epiceno que imagino será epicentro, pero me ha parecido una apuesta un poco más arriesgada de lo que venías escribiendo. Mi enhorabuena, ha sido un verdadero placer leerlo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias de todo corazón por el comentario, me alegra muchísimo que te haya gustado y me ánima mucho ver que al arriesgar no siempre se realizan desastres jaja. Y con respecto a lo de epiceno y demás, cada palabra se eligió por motivos personales. Mil millones de gracias por comentar, un besazo enoooorme.

      Eliminar